Herminio Fuenmayor
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N°84
Caracas, 28 Febrero 2013
El hacedor de mentiras e ilusiones.
Para mí el socialismo del siglo XXI
(comunismo), se asemeja al drama inhumano del Apartheid en sus movimientos,
fines e interés en su amplitud temática. Hugo Chávez y los Hermanos Castro,
como argumento pintan una revolución deformada
por su imaginación de engaño, pero falsa porque esa fantasía estuvo y está
presente, como parte de la vida en una revolución fracasada, es la humanidad
misma pintada y deformada con trazos pésimos de mentira e ilusiones. El
venezolano de la éra democrática tiene un concepto formado sobre la libertad,
respeto institucional y acatamiento constitucional a la ley y el orden,
convencido de que las injusticias sociales y el socialismo del siglo XXI, como
dictadura, corresponde a una época de la vida de América latina, y que por
desgracia aquel proceso histórico aún no ha finalizado... Como militar y
abogado que soy, consideró que la libertad en democracia debe ser el reflejo de
nuestro objetivo real, un medio de educación y un arma de la intelectualidad
para luchar contra los abusos del militarismo como poder político sobre el interés de la
sociedad. Muchas veces cuando repaso los 40 años de democracia porque es mi
experiencia vivida, creo firmemente en el Valor testimonial en y el
protagonismo de: R. Betancourt, R. Leoni, C.A Pérez, R. Caldera, L. Herrera. En
cada obra ejecutada o no por ellos, se advierte la fuerza y el celo ético,
moral y honesto de su gestión, cuyo Valor testimonial ni siquiera el cambio de historia
revolucionaria Hugo Chávez no ha podido borrar y cuyo Valor como prueba
persiste aún después de catorce años de destrucción revolucionaria comunista.
En cada uno de ellos se advierte una fuerza interior que los impulsó y la
determinación como dieron sentimiento humanista a su quinquenio, que
caracterizó a sus talentos e intelectualidad. El vigor con añoranza inunda cada
minuto vivido en esta revolución comunista de frase vacía y de cadena
interminable sin contenidos, dan a la vida el argumento de: " hay que
salir de esto como sea y cuanto antes
mejor" O.A.Paz, de tal manera de evitar como resultado total de década y
media de desgobierno él recuerdo de una gestión cuyo evocación será sólo de
sangre, sudor, lagrimas, corrupción, terrorismo etc. Hugo Chávez y su golpista
y revolucionario comunista desprecian la sabia (riqueza natural) como es el
petróleo de la misma tierra y que por el contrario transformaron esa bendición
de Dios un reflejo de la miseria revolucionaria y no como lo que es un aporte
incuantificable de la riqueza que Dios le deparó a Venezuela y la oportunidad
perdida de obtener desarrollo, bienestar y grandeza humana. No es posible que
hoy en día se presente una situación terminal de un Presidente podrido y el
heredero maduro. De ese gobierno todos esperamos que haya sido temporal, que la
culminación sea pronto por la gracia de Dios y ¡no por los venezolanos! (algún
día nuestros hijos nos reclamarán esta afrenta). Hoy el país gira en torno a un
eje dictatorial militarista, comunista, condicionados por la dicotomía vida o
muerte. Desde luego este diagnóstico situacional es propio del terror y la
violencia que le imprime la temporalidad como una dosis de angustia, suspenso,
no estable porque depende de graves influencias externas (Cuba, ALBA, PetroCaribe,
OEA) etc. El venezolano ve con horror que existe como verdad argumental un
fuerte predominio cubano de los Hermanos Castro, en donde resalta hasta ahora
el componente MUERTE, sobre los
conceptos de vida, ilusión, esperanza que sin lugar a dudas constituyen un
factor importantísimo de la guerra psicológica de presión en el ánimo y el
intelecto del venezolano. Esta terrible realidad la describo como un morir o
muriendo, de un iluso dictador que siempre tuvo todo los poderes en su persona,
menos uno, su vida, que hoy está en manos de Dios o del diablo y por esa razón es que surge esta pregunta: ¿por qué destruir
a Venezuela? Y esto solo lo está logrando: El hacedor de mentiras o ilusiones.
Herminio Fuenmayor
General y abogado.